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Desaceleración golpea al emprendimiento

Por Matías Lira. Decano Facultad de Economía y Negocios UDD (@mlira1)

HACE UN AÑO le preguntaron a un exitoso actor español cuál era la lección que había aprendido en Hollywood. El video con su respuesta ha sido viralizado por millones de usuarios en todo el mundo. Y es que aunque sus palabras son sencillas, dan cuenta de la esencia del espíritu emprendedor: «Que las cosas se pueden conseguir, que no hay sueños imposibles, si yo lo he conseguido cualquiera lo puede conseguir, se trata de trabajar y de soñar muy fuerte y después de tener la capacidad de sacrificio y de levantarte siempre después de cada caída, porque no existe el fracaso total». En el mismo video el actor termina lamentándose de que en España 75% de los jóvenes querían ser funcionarios al salir de la universidad, mientras en Estados Unidos 75% querían ser emprendedores.

En Chile los jóvenes de la década del ’60 también aspiraban a ser funcionarios, pero esa cultura y mentalidad cambiaron radicalmente en los últimos decenios. Así, por ejemplo, en noviembre de 2015 la encuesta CEP preguntó cuáles son los factores más importantes en el éxito económico de las personas. Las alternativas más votadas por los chilenos encuestador fueron el nivel educacional alcanzado (42%), el trabajo responsable (42%) y la iniciativa personal (34%). Mientras tanto, las que recibieron menos apoyo fueron las políticas económicas del gobierno (6%), la ayuda económica del Estado (5%) y la suerte (5%).

¿Cuáles son los factores que explican este enorme cambio de percepción sobre el emprendimiento individual? Para ayudar a entender este fenómeno, la Universidad del Desarrollo, a través de su Facultad de Economía y Negocios, participa hace más de una década en el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio mundial que mide en 66 países la valoración social del emprendimiento, las características de la actividad emprendedora y los ecosistemas de emprendimiento en cada nación.

Según la edición de GEM Chile 2016, 44,7% de la población adulta que no declara ser emprendedora en la actualidad, señala la intención de iniciar un negocio dentro de los próximos tres años. Esta mayoritaria visión favorable al emprendimiento en nuestro país se debe, entre otros factores, a las políticas públicas ligadas a la regulación que incentivan la creación de nuevos negocios y a los programas de gobierno que potencian la actividad emprendedora. Estos elementos han contribuido a que Chile sea reconocido internacionalmente como un país innovador en políticas que promueven el desarrollo de un robusto ecosistema de emprendimiento.

Así, por ejemplo, en el ranking mundial de condiciones favorables al emprendimiento, Chile ocupa la posición diez entre los 66 países en cuanto a infraestructura física, y la posición 15 en materia de políticas públicas de incentivo al emprendimiento. Sin embargo, no sólo hay buenas noticias. La percepción de oportunidades por parte de los emprendedores, ha sufrido una baja considerable respecto del año 2015, pasando de 73% a 57% en 2016. Ello se explica, entre otras razones, al desaceleramiento y pérdida de dinamismo que ha sufrido nuestra economía en los últimos años.

Emprender no sólo es idear y poner en marcha un nuevo negocio, sino también enfrentar situaciones y problemas cotidianos con la actitud de resolver desafíos, sea en el ámbito del trabajo como parte de una organización, o como emprendedor que se lanza a una nueva aventura, buscando un mayor bienestar que puede ser personal o colectivo. Sin duda, promover y defender la opción de emprender es el gran desafío que tendrá el próximo gobierno cualquiera sea su signo político