Fuente: The Conversation

Flavia Cardoso, académica e investigadora de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD, está desarrollando una investigación que permite identificar cómo se crea y se destruye valor durante las peregrinaciones católicas en Brasil.

En 2018 se generaron alrededor de 79 millones de toneladas de residuos sólidos. Algo menos del 60% se recolectó para ser trasladados a rellenos sanitarios controlados, mientras que el resto se destinó a basureros. El estudio que está realizando Cardoso junto a otros académicos, permite ver que en Brasil, solo el 4% de lo que podría reciclarse en realidad lo es, una tasa muy inferior a la de países con niveles similares de ingresos y desarrollo económico. A modo de comparación, Chile, Argentina, Sudáfrica y Turquía tienen un promedio de 16 % de reciclaje.

Según el Sistema Nacional de Información de Saneamiento de Brasil, en 2020 había 1.667 cooperativas de residuos sólidos debidamente registradas en el país, que eran responsables de recolectar el 35,2% de los residuos sólidos recolectados. A lo largo del país, 35.700 recolectores de materiales reciclables están asociados a estas cooperativas, mientras que 500.000 trabajan informalmente. Aún más impresionante es el hecho de que estos trabajadores son responsables del 89% de los residuos sólidos municipales que regresan a las industrias como materia prima.

A pesar del progreso considerable en los últimos años, la mayoría de los recolectores de materiales reciclables recolectan y transportan toneladas de papel, vidrio y plástico a través de ciudades en condiciones difíciles e insalubres. Los recolectores de materiales reciclables son a menudo personas con bajo nivel de alfabetización y bajos ingresos. Las mujeres recolectoras experimentan condiciones aún más vulnerables ya que, más allá de recolectar, desempeñan múltiples roles (por ejemplo, cuidar a sus hijos, familiares mayores y discapacitados y tareas domésticas). Para muchos, la recolección de materiales reciclables es su única fuente de ingresos.

La investigación, también ha observado la relevancia estratégica de los recolectores como intermediarios claves que conectan hogares y negocios que producen desechos e instalaciones de reciclaje. Estos trabajadores son cruciales porque tienen dos habilidades principales:

Conocimiento: los recolectores poseen una amplia gama de conocimientos sobre los componentes materiales, las prácticas de eliminación de los ciudadanos y el medio ambiente. Adquieren este profundo conocimiento, a través de la observación y la discusión con los residentes de la ciudad, y también compartiendo información con otros coleccionistas.

Alcance: a menudo equipados con carretillas caseras, los recolectores pueden llegar a los hogares en todas partes, incluidos aquellos que están fuera del alcance de los vehículos motorizados. Al hacerlo, crean una red capilar de rutas para reciclar materiales y luego regresan a donde serán procesados.

Muchos recolectores de materiales reciclables desarrollan vínculos con los residentes de la ciudad y, por lo tanto, pueden desempeñar un papel influyente en la educación sobre la separación y eliminación de desechos. Por lo tanto, pueden ayudar a generar conciencia y ser agentes útiles durante eventos públicos a gran escala. Su trabajo educativo ayuda a los residentes a pensar más claramente sobre lo que consumen y facilita mejores prácticas de eliminación, lo que lleva a un proceso de reciclaje más humanizado y eficiente.