Realidades versus utopías

Hernán Cheyre V.

Señor Director:

El Presidente Macron está debiendo enfrentar una severa protesta a raíz de los cambios que intenta incorporar en el sistema previsional, el cual opera bajo la lógica del reparto, y cuyo déficit actual, sumado a las proyecciones existentes, lo hacen absolutamente inviable.

La intención de unificar los 42 regímenes existentes, que operan bajo reglas diferentes construidas a través de los años en función de la capacidad de presión que han podido ejercer los sindicatos de una u otra industria —y que otorgan por tanto pensiones muy disímiles a los distintos grupos—, mantiene al país galo con un alto grado de paralización. Corregir esta situación de injusticia, en un contexto en que la tasa de cotización bordea el 28%, se está convirtiendo en una difícil tarea para el gobierno francés, que enfrenta fuertes presiones de parte de poderosos sindicatos que resultarán perjudicados como consecuencia de la reforma propuesta.

A muchos les sorprende la realidad previsional francesa, por cuanto sistemas de ese tipo suelen ser considerados como un referente. El problema ocurre cuando se intenta comparar utopías con realidades, ocurriendo algo análogo cuando se hace referencia al caso chileno.

Muchos olvidan —y los más jóvenes ignoran— que antes de la reforma del año 1980 en nuestro país había 32 cajas de previsión que administraban 100 regímenes previsionales diferentes, a los cuales se accedía en virtud del tipo de trabajo desarrollado y del sector productivo en el que se laboraba —sin la posibilidad de elegir en función de las preferencias de cada cual—, existiendo una gran discriminación en los beneficios recibidos por unos y otros, sin reajustabilidad automática de las pensiones —en un contexto en que la pensión promedio anual superaba el 30%—, y estableciéndose para los trabajadores más bajos de la escala una densidad mínima de 15 años de cotizaciones, requisito que en caso de no cumplirse no les permitía acceder a una pensión, perdiendo todo lo que habían aportado. ¿Puede calificarse esto como un régimen justo? Obviamente no.

El sistema previsional chileno presenta muchas falencias, que deben ser corregidas. Pero en el proceso de estudio de una nueva reforma se debe tener mucho cuidado de no confundir utopías con realidades, y de no mirar solo lo que acontece en otras latitudes, sino que también nuestra propia experiencia. Hay mucho que aprender de ahí.


Hernán Cheyre V.Centro de Investigación Empresa y Sociedad (CIES) U. del Desarrollo