Julio estaba marcado en rojo en el calendario de muchas personas. Y la razón estaba clara: en dicho período comenzaría a reflejarse en sus cuentas el aumento del precio de la electricidad, impactando aún más los bolsillos de los consumidores, ya presionados por una inflación que se ha mantenido por sobre el 4%.
Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación mensual de 0,7% en ese lapso, un resultado mayor al esperado por los analistas y que impulsó el nivel anual hasta 4,6%.
En el séptimo mes del año, específicamente, el suministro de electricidad exhibió un aumento de 12%, reflejando el polémico proceso de reajuste al alza de las tarifas. Un impacto que se sintió de manera proporcional entre los distintos segmentos socioeconómicos en Chile durante el mes pasado, pero que en el acumulado sigue afectando de manera más patente a los más vulnerables, según mostró el más reciente informe del Centro de Investigación en Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo (CIES UDD).
En medio de la presión derivada de la electricidad, el 20% de la población más vulnerable -que corresponde al primer quintil- experimentó un avance del IPC de 0,7% mensual, virtualmente el más bajo entre sus pares. En el otro extremo, el grupo del 20% de mayores ingresos del país -el quinto quintil- tuvo la inflación mensual más alta de los grupos analizados, con un 0,78%. Pero en una mirada de doce meses, el quintil más vulnerable siguió liderando con un IPC acumulado de 4,7%, mientras que el grupo más rico de la población se instaló con el menor, de 4,3%.
El director del CIES UDD, Víctor Martínez, explicó que una de las divisiones con mayor impacto positivo en el IPC del mes fue precisamente el de suministro de electricidad, cuyo peso relativo es similar entre los distintos quintiles de ingreso. De todas formas, ejemplificó que en el caso de los menores ingresos, este peso es un 25% mayor en comparación con el quintil de mayores ingresos. Además del suministro de electricidad, Martínez añadió que la división de equipamiento y mantención del hogar también tuvo un alto impacto en la inflación del mes.
Esta última división, a diferencia del ítem relacionado con las cuentas de la luz, es un 50% más relevante para el quintil de mayores ingresos que para el de menores ingresos, indicó el economista.
A estos incrementos se suman las divisiones de vestuario y calzado, y servicios de restaurantes y alojamiento, que también registraron una mayor incidencia positiva en el mes, complementó Martínez.
La suma de estas cuatro divisiones explica el 80% de la variación del IPC mensual y, en conjunto, representan el 33% de la canasta del quintil de mayores ingresos y el 30% de la canasta del quintil de menores ingresos.
“Esto sugiere que el impacto de la inflación del mes es bastante equilibrado entre los quintiles de ingreso, con un ligero sesgo hacia los quintiles de mayores ingresos”, recalcó.