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Columna Cristián Larroulet: «El rol central de la empresa para la recuperación económica de Chile»

Cristián Larroulet
Profesor e investigador CIES UDD
Viernes 19 de diciembre
El Mercurio

En la discusión sobre cómo reactivar el crecimiento, Chile vuelve a reconocer algo esencial: la empresa es el actor principal del desarrollo. Tras una década de bajo dinamismo, donde la productividad dejó de empujar el PIB y la inversión perdió fuerza, las encuestas muestran un giro relevante: la ciudadanía vuelve a valorar el orden, el mérito y la expectativa de progreso. Sin embargo, ese cambio será insuficiente si no se asume un diagnóstico claro: Chile necesita más empresas y, sobre todo, empresas más grandes.

La evidencia internacional lo demuestra. Los premios Nobel de Economía 2025 —Mokyr, Aghion y Howitt— subrayan que el crecimiento sostenido surge de la innovación empresarial y de la capacidad de las firmas para escalar, invertir y atraer talento. Son las empresas de mayor tamaño las que concentran la mayor parte de la inversión en I+D, las que adoptan nuevas tecnologías, las que incorporan capital humano avanzado y las que pueden competir en mercados internacionales cada vez más exigentes. No es un detalle: sin empresas grandes no hay innovación de frontera ni exportaciones diversificadas.

El mundo ofrece hoy oportunidades que Chile no puede perder. La transición energética global demanda cobre, litio, hidrógeno verde, tierras raras y energías limpias. Y los mercados de mayor crecimiento —India y el sudeste asiático— abren espacios enormes para alimentos, minerales verdes y servicios especializados. Pero estas oportunidades solo serán capturadas por empresas capaces de enfrentar altos costos logísticos, normas estrictas, certificaciones complejas y una competencia global intensa. Eso exige escala empresarial, no solo buen potencial.

El problema es que las condiciones internas desincentivan ese crecimiento. La permisología se ha convertido en un freno estructural, la carga regulatoria se ha triplicado en una década y el sistema tributario castiga la reinversión. Además, la incertidumbre jurídica afecta sectores como el forestal y la pesca, y muchos programas públicos terminan generando dependencia en lugar de promover expansión. En un entorno así, las empresas que podrían crecer simplemente no lo hacen.

Si Chile aspira a volver a tasas de crecimiento cercanas al 4%, el camino es claro: reducir costos regulatorios, establecer un fast track real para nuevas inversiones, recuperar la competitividad tributaria, redefinir los incentivos para que las empresas escalen y profundizar la integración con Asia Pacífico. Necesitamos un ecosistema donde crecer sea un premio, no un castigo.

Chile tiene recursos, mercados y talento. Falta entender que el desarrollo requiere empresas grandes, innovadoras y globales, y diseñar un entorno que permita que esas empresas surjan y prosperen.

Esta columna se desprende del Debate Público N° #65 de la Serie de Debates Públicos que elabora el CIES UDD periódicamente. Para revisar el documento HAZ CLICK AQUÍ.