El informe fue comentado por el Señor Juan Andrés Fontaine, Ministro de Economía, quien expuso acerca de la importancia del emprendimiento en el actual contexto nacional y las políticas del gobierno a favor del emprendimiento en nuestro país.
El lunes 19 de abril, se realizó en el zócalo de ICARE, el lanzamiento de la Séptima Versión del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), correspondiente al año 2009. Este reporte, desarrollado en conjunto por la Universidad del Desarrollo (UDD) y Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), contiene el estado del emprendimiento en Chile y describe el panorama del contexto nacional e internacional de la actividad emprendedora.
El informe fue comentado por el Ministro de Economía, Señor Juan Andrés Fontaine. Además, estuvieron presentes en el lanzamiento, el Presidente de ICARE, Señor Patricio Parodi, el Rector de la Universidad del Desarrollo, Señor Ernesto Silva Bafalluy, el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, el Señor Alfonso Gómez, entre otras autoridades, investigadores y académicos ligados al mundo del emprendimiento.
Según la metodología empleada por el GEM; se estima que en nuestro país, el 14,9% de la población adulta entre 18 y 64 años se considera un emprendedor en etapas iniciales y un 6,7% un emprendedor establecido. Estas cifras demuestran un aumento de más de 2 puntos porcentuales en lo que se refiere a emprendedores en etapas iniciales y una leve disminución de 0,1 puntos en los establecidos, en comparación a la medición del año anterior. Al respecto José Ernesto Amorós, Director del GEM Chile, investigador de la Universidad del Desarrollo y coautor del reporte comentó: “Si bien la crisis económica afectó la percepción de buenas oportunidades, tanto en los emprendedores como en la población en general – lo cual era esperable dada la situación del empleo—vemos que la actividad emprendedora no disminuyó y que la mayoría de nuestros emprendedores lo hacen motivados por una oportunidad de negocio”.
Dado el escenario económico vivido en 2009, se consideró pertinente incorporar el tema relacionado con la crisis económica. De las respuestas de los emprendedores podemos mencionar que del total de estos, la mayor parte (61,7% de emprendedores iniciales y 69% de establecidos) consideró que este año iniciar un negocio es más difícil que lo que significaba hacerlo hace un año atrás. Esta opinión también es compartida cuando se les pregunta por la dificultad de hacer crecer sus negocios. Esta situación podría explicarse porque la mayoría de ellos (60,7% de emprendedores iniciales y 67,4% de establecidos) considera que uno de los efectos de la crisis económica es la disminución de las oportunidades.
En términos generales, el GEM da un perfil promedio del emprendedor chileno: una persona de sexo masculino, bordeando los 40 años, de clase media, con grados educacionales superiores a los obligatorios en Chile y dueños de negocios orientados preferentemente al sector servicios al consumidor.
Un dato interesante es que la mayor parte de los emprendedores trabaja como auto-empleado (45,6% de los emprendedores en etapas iniciales y 79,8% de los establecidos). En relación a la creación de empleos a futuro, el 52,9% de los iniciales y el 54% de los establecidos aspiran a contratar de 1 a 5 trabajadores, y no más de un 4% de ellos aspira a contratar 20 trabajadores o más.
En un aspecto más bien actitudinal, se estima que en nuestro país el 80% de la población adulta considera que las personas que alcanzan abrir un nuevo negocio obtienen un alto prestigio social, un 87% que el ser un empresario es una opción de carrera deseable, pero sólo un 47% considera que los medios de comunicación hacen visible casos de emprendedores exitosos.
Una de las metodologías del GEM contempla la aplicación de una encuesta a expertos y que permite obtener una aproximación a la visión de los emprendedores nacionales entorno al tema y sobre las condiciones del contexto emprendedor en el país. Los resultados de esta metodología demuestran que- según los expertos- sólo “acceso a infraestructura física” tiene una evaluación positiva. Germán Echecopar Director Académico del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Adolfo Ibáñez remarcó: “Una segunda variable que amerita ser mencionad, son los programas de gobierno, pues es un tema que ha presentado una mejoría sorprendente en relación a otras variables durante el último año. Esta situación sugiere que los expertos observan una mayor efectividad de los programas de gobierno para el emprendimiento y que paulatinamente éste se ha ido posicionando en la agenda pública de nuestro país”.
Finalmente, en relación a las variables con niveles más bajos de evaluación, se observa que las posiciones extremas recaen sobre las mismas variables observadas en el año anterior, es decir, “transferencia de I+D”, “educación” y “acceso a financiamiento”. En consecuencia, dichas variables son consideradas las principales barreras para el desarrollo del emprendimiento, pues se aprecia un escaso flujo de nuevas tecnologías desde el mercado a las empresas y los espacios de interacción entre empresas y universidades son aún muy pobres.
Finalmente, año a año, el GEM incluye dentro de su análisis un tema especial. Este año, y en vista de la importancia que ha revestido este fenómeno a nivel mundial, se ha elegido el emprendimiento social como el tema específico a estudiar. Según los resultados extraídos de la encuesta a la población adulta, comparado con el resto del mundo- y con el grupo de economías basadas en eficiencia de la que Chile forma parte- nuestro país muestra un nivel medio-alto de actividad emprendedora social. En Chile un 2,4% de la población está involucrada en etapas tempranas de emprendimientos sociales, lo que contrasta positivamente con el 0,1% de Guatemala, pero lejos del 4,1% de Argentina. Finalmente, los expertos opinaron que en temas de emprendimiento social el factor mejor evaluado en el contexto nacional, es que la responsabilidad social es una ventaja competitiva para los negocios nuevos y en crecimiento. Mientras que el indicador con evaluación más baja es que las empresas que hacen publicidad de sus proyectos sociales y medio ambientales obtienen más escepticismo que aprobación por parte de la sociedad.