Por Cristián Larroulet:
El año que termina no fue bueno para la economía y para las fuerzas que impulsan el progreso del país. Ya van dos años (2014-2015) en los que el crecimiento bordea el 2% anual, bastante inferior al 5,3% promedio del periodo 2010-2013. Esto trae profundas consecuencias sociales y políticas. De mantenernos con este crecimiento, tardaremos 70 años en duplicar nuestro ingreso por habitante. Por otra parte, estamos terminando el año con una inflación en torno a 4,9%,razón por la que el Banco Central ha subido en dos ocasiones la tasa de interés en los últimos meses, junto con anunciar nuevas alzas para el 2016. La buena noticia es la estabilidad en el desempleo, pero todos sabemos que ello es artificial, porque se ha logrado gracias a empleos estatales. Sin embargo, estos no podrán continuar creciendo el 2016, lo que llevó a la autoridad monetaria a prever un aumento del desempleo de un punto porcentual.
No obstante, lo más lamentable es que terminamos un año en que las reformas estructurales vuelven a dañar las oportunidades de desarrollo: una reforma laboral que rigidiza la negociación colectiva sin priorizar incentivos para mejorar el empleo femenino, juvenil y la calificación de nuestra fuerza de trabajo; un proceso constitucional que da señales de debilitamiento de la Constitución Económica y que desalienta aún más la inversión; y una corrección de la reforma tributaria que valida una alza de impuestos desalentadora para el emprendimiento.
¿Hay esperanzas de revertir esta situación? En el corto plazo ninguna, ya que los esfuerzos del Ministro de Hacienda van a estar necesariamente concentrados en recuperar la disciplina fiscal. Como lo señalara en una columna anterior, las cuentas públicas se han deteriorado delicadamente. En suma, la cifra de crecimiento promedio en esta administración será en torno al 2%,confirmando así que los dos Gobiernos de Michelle Bachelet pasarán a la historia como las administraciones que menores oportunidades de progreso ofrecieron a los chilenos en las últimas 3 décadas.