Por Cristián Echeverría:
Por el lado de la actividad económica, el segundo grupo de proyecciones del Banco Central incluidas en el IPoM para la economía durante este año, prácticamente se mantuvieron.
Solo incluyen un recorte marginal de 0,25% para el techo de la esti – mación, que bajó desde 2,25% a un 2%.
Entre los factores externos, esto es consis- tente con una economía mundial recupe- rándose más lentamente a lo esperado, en el caso de las economías avanzadas, con una estabilización de la desaceleración en China, y con variadas tendencias más y menos favorables en las economías emer – gentes relevantes para Chile.
Esto indicaría solo un leve repunte de las exportaciones durante este año, desde la disminución del año pasado.
Entre los factores internos, las proyec – ciones también son consistentes con las expectativas de un crecimiento muy lento del consumo, semejante al del año pasa- do, y a una caída adicional marginal de la inversión, en un contexto de estabiliza- ción del gasto de gobierno.
Si bien las proyecciones reconocen que la economía se encuentra balanceada en lo macroeconómico, la confianza empresa- rial de acuerdo al ICE elaborado por el CEEN – UDD, en colaboración con el DF ha mostrado una lenta y gradual mejora desde el último trimestre de 2014, en que se ubicó en sus niveles más bajos de esta desaceleración.
Esta medición de la confianza empresarial se ha encontrado en torno a la neutralidad durante el último año.
Esto es muy importante, pues anticipa la posibilidad de una recuperación gradual hacia el lado superior de las proyecciones, dado precisamente que a la confianza empresarial se le ha atribuido parte de la menor tasa de inversión y crecimiento durante esta desaceleración.
No obstante, por los rezagos propios de la transmisión de un mejoramiento de la confianza empresarial a las decisiones concretas de contratación y remunera – ciones, por lo menos por este año no es esperable una mejoría significativa de la confianza de los consumidores que refuer- ce la recuperación de la economía.
Sin embargo, aun cuando pudiera materia- lizarse la estabilización, o incluso gradual recuperación de la producción, es preocu- pante que se anticipe la continuación por este año y el próximo, de la significativa y sostenida caída de la inversión, especial- mente en maquinaria y equipo.
Esto tiene efectos más allá que esta desaceleración sobre las posibilidades de crecimiento potencial, y de mejoramiento sostenido de las condiciones de vida en nuestro país.
En cuanto a los riesgos, no todo es adver – so.
La continuación de la normalización de tasas de interés en Estados Unidos significaría que la recuperación en dicha economía es sostenible, lo cual nos bene – ficia.
Europa muestra tímidamente signos de que es capaz de mantener su recupe- ración.
Por último, las perspectivas para Brasil y Argentina parecen indicar que estas dos economías, que combinadas son once veces nuestro tamaño, tenderán a re- cuperar una senda de crecimiento, lo que también favorecerá nuestra recuperación.