“Este es un proceso que está desafiando el sistema educacional en su totalidad, no sólo en Chile sino en todo el mundo. Ninguna organización estaba completamente preparada para hacer esto sin que se notara. Es inevitable que el pasar de una lógica 100% presencial a una lógica 100% virtual, de un día para otro, produzca un impacto. Nosotros como Universidad estamos bien preparados, tenemos los equipos preparados y la tecnología disponible. Creo que en estas dos semanas y un poco más que llevamos en este modo virtual, hemos salido satisfactoriamente adelante”. Con estas palabras, el vicerrector de Innovación y Desarrollo, Daniel Contesse, describe lo que ha sido el tener que cambiar la metodología de enseñanza-aprendizaje y realizar las clases a distancia para hacer frente al Coronavirus.
La Universidad del Desarrollo hace dos años incorporó la plataforma Canvas a su proyecto educativo para ir de la mano con la tecnología, pero a raíz de la pandemia tuvo que virtualizar todas las clases y actividades que eran virtualizables, y que representan el 90% del total de actividades académicas.
Al día de hoy, son más de 9 mil las clases realizadas por conferencias sincrónicas, una de las herramientas de Canvas que permite la realización de la clase en tiempo real, en el horario que corresponde -a través de video y audio-, manteniendo la interacción profesor-alumno. Canvas ofrece además una serie de alternativas de interacción virtual, como, por ejemplo, ser un reporitoriode información de manera que el alumno pueda tener en un solo lugar todo el material disponible electrónco: clases sincrónicas, foros, teareas, evaluaciones en linea, acceso a literatura o bibliografía digital, entre otros.
“Todos los estudiantes de la UDD, cerca de 15 mil en pregrado, de alguna u otra manera, están utilizando Canvas. Tenemos un porcentaje de asistencia por clase en torno al 85-90%, lo que nos tiene muy satisfechos”, agregó Contesse.
¿Con que problemas se han encontrado y cómo los han enfrentado?
Como cualquier cambio tan abrupto, uno va descubriendo algunas dificultades, algunas son mas gestionables y propias de la universidad y otras menos gestionables porque estan radicadas en las realidades de cada uno. Respecto de las primeras, hemos ido mejorando el acceso a las plataformas, incorporando nuevas licencias para poder facilitar el trabajo tanto de los profesores como de nuestros alumnos.
Por otro lado, hemos visto que algunos profesores y alumnos tienen algunas dificultades de conexión y para apoyarlos hemos lanzado un plan de 1.500 becas de conexión a internet que estamos en proceso de instalar. Estos procesos ya están funcionando. Hay estudiantes que se están enterando recién y están postulando.
¿Cómo ha sido la adaptacion de alumnos y profesores a esta nueva metodología?
Respecto de los profesores, contamos con Centro de Innovación Docente (CID), que se dedica a apoyarlos en los procesos pedagógicos y metodológicos y hemos hecho un giro para que las actividaes del CID se concentren en apoyar a aquellos que están en el desafío de pasar de cursos presenciales a cursos en linea. Eso, además de ser un desafío tecnológico, es un desafío metodológico, por lo tanto, lo que la UDD ha hecho es entregar una serie de orientaciones, tutoriales, guías, compartir buenas práctcas, para ir mostrándole a nuestros docentes mejores maneras para ir abordando el desafío de la virtualización de los cursos. Hoy tenemos más de 2000 profesores que están haciendo sus clases online.
En el caso de los alumnos, la clave es que tengan conexión y entiendan bien el uso de las plataformas. Tenemos una mesa de ayuda y una pag web para acompañarlos en este proceso. En canvas.udd.cl, los alumnos encontrarán material para facilitarles el aprendizaje: guías, tutoriales, información y orientación. Y para aquelos estudiantes que tienen un problema más particular, como problemas de conexion, tienen la mesa de ayuda que atiende todos los dias.
¿Cuál es el mayor desafío que tienen por delante?
Como Universidad estamos bien preparados, tenemos la tecnología disponible, lo que hemos podido hacer para mejorar, lo hemos hecho. Preparamos a nuestros profesores, a la comunidad y, por lo tanto, estamos saliendo satisfactoriamente adelante. Se ha logrado dar continuidad al proceso de enseñanza-aprendizaje, que es lo fundamental, y lo hemos hecho de una buena manera. Tuvimos que dejar fuera aquellas actividades que son prácticas y que no son posibles de hacer con herramientas tecnológicas, y esas las estamos reprogramando para cuando podamos retomar la normalidad, y hemos reordenado el calendario académico para poder priorizar, por ahora, aquellas actividades que sí son virtualizables. El desafío por delante es seguir mejorando en aquellas cosas en las que todavía estamos trabajando; atender a cada alumno en sus necesidades particulares y tratar de hacer de esto un proceso que se acerque lo más posible -entendiendo que nunca será lo mismo- a los procesos presenciales, de manera que los alumnos no tengan que enfrentar una pérdida en el proceso de enseñanza-aprendizaje.