Hernán Cheyre
Director Centro de Investigación de Empresa y Sociedad UDD
La Tercera
Lunes 17 de agosto 2020
En el contexto político actual plantear propuestas “de mercado” para resolver problemas públicos pareciera ser algo completamente fuera de lugar.
Pero los hechos reales permiten mostrar a través de casos concretos que las soluciones que se apoyan en iniciativas lideradas por la empresa privada y por nuevos emprendimientos entregan soluciones que resuelven de buena forma las necesidades de las personas.Partamos por el ya repetido tema de los retiros de los fondos previsionales: no obstante los reparos que merece la medida aprobada por el Congreso -en tanto está utilizando para fines de corto plazo fondos cuyo propósito era otro, aumentando la brecha de insuficiencia de ahorro previsional-,lo concreto es que los afiliados que han optado por retirar fondos desde sus cuentas han podido constatar que su dinero estaba ahí.
No era cierto eso de que la plata se había “esfumado”, que habían ido a parar a los bolsillos de los grupos empresariales o de los dueños de las AFP, y que habían sido despojadas de los trabajadores cotizantes.
Todo lo contrario, los fondos estaban a buen recaudo y han podido ser devueltos con prontitud.
Y nunca está demás dejar de repetir que de cada 100 pesos acumulados en los fondos previsionales, aproximadamente la tercera parte corresponde a la suma de las cotizaciones enteradas regularmente por los cotizantes, y la mayor parte -los dos tercios restantes- es resultado de la rentabilidad obtenida por los fondos en virtud de la gestión realizada por las AFP.
Una gran diferencia con el antiguo sistema basado en las Cajas de Previsión, donde los trabajadores no solo no eran dueños de los recursos aportados, sino que tampoco podían acceder a ningún beneficio si no mostraban a lo menos 15 años de cotizaciones.Otra muestra: en días recientes, una conocida aplicación digital que permite realizar compras en forma remota con reparto a domicilio, anunció un acuerdo con una también conocida cadena de supermercados para trabajar en conjunto, eliminándose el cargo (18 que se aplicaba a quienes realizaban sus compras por esta vía.
¿Cómo explicar esto, que tiene un beneficio directo y significativo para un gran número de consumidores? ¿Fue el fruto de una regulación estatal? No.
Simplemente ha sido la consecuencia de un mercado altamente competitivo, que ha forzado a los actores a innovar, ofreciendo mejores opciones a los consumidores como única forma de subsistir.
¿Qué lecciones surgen de este caso? Primero, que la competencia es la principal fuerza inductora para introducir productos y servicios más innovadores, y que la competencia no hay que entenderla solamente como la existencia de múltiples actores, sino que muy especialmente como la posibilidad de que nuevos entrantes puedan “desafiar” a los incumbentes a través de propuestas diferentes.
Y segundo, que hay en los nuevos emprendedores una fuerza potente para alcanzar, en los más diversos ámbitos, soluciones que permiten resolver de mejor forma las necesidades de la población.
Solo hay que crearles el espacio.