Guillermo Acuña
Investigador Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN)
Facultad de Economía y Negocios UDD
En el mercado existen múltiples alternativas de créditos hipotecarios, por ejemplo, créditos con tasa de interés fija y variable. La tasa de interés es el principal costo asociado al crédito, por lo que es uno de los factores más importantes al tomar la decisión de endeudarse. La tasa de interés puede ser fija, variable o mixta, y variará dependiendo del esquema escogido. El potencial acreedor deberá analizar bien cuál es la mejor estructura de tasa para su situación en particular. Si opta por un esquema de tasa variable o mixta, deberá considerar si será capaz de asumir un mayor costo en el futuro.
Las tasas de interés pueden variar dependiendo de factores de mercado o propios del solicitante. Por ejemplo, entre los factores de mercado se encuentra el riesgo país, la tasa de política monetaria y las expectativas de inflación. Entre las variables propias del solicitante está su historial de pagos, su capacidad de pago, edad y salario, los activos que posea y la tasa de utilización de crédito. También depende de las características del crédito, como el porcentaje del costo de la vivienda a financiar y el plazo escogido.
Otros costos asociados a los créditos hipotecarios son los impuestos de timbres y estampillas, gastos notariales, derechos de inscripción de la propiedad, seguros de incendio y de desgravamen, gastos de transacción, y el estudio de títulos y la redacción de la escritura. Estos costos se reflejan en la Carga Anual Equivalente, CAE, un indicador que permite comparar con mayor precisión el verdadero costo de un crédito, por lo que es la variable que se debería usar para comparar distintas alternativas de financiamiento.
Los créditos hipotecarios también pueden variar dependiendo de cómo se genera el financiamiento. en este aspecto se pueden clasificar como crédito hipotecario con letras de crédito, crédito hipotecario mutuo endosable y no endosable. En los dos primeros casos el crédito es financiado por terceros, mientras que en el último caso es financiado con recursos propios del banco.
Dada la complejidad y variedad de alternativas, es difícil dar una receta general para definir cuál es el mejor tipo de crédito para cada persona. Se trata de una evaluación personal, que depende de las características de cada individuo y del momento económico. De hecho, una persona debería prepararse con anticipación para pedir un crédito hipotecario, por ejemplo, generando un historial de crédito, pagando todos su créditos responsablemente, liberando cupo en sus tarjetas de crédito y pidiendo cupo adicional para disminuir su tasa de utilización de crédito, etc. También puede esperar el momento económico ideal. Por ejemplo, si espera que a la economía le vaya mal y que, por lo tanto, bajen las tasas de interés, debería esperar. Si cree lo contrario, debería endeudarse hoy, antes de que aumenten las tasas.
Por último, es importante que el potencial acreedor cotice distintas opciones en varias instituciones financieras, y que negocie. Una vez que haya realizado varias cotizaciones, puede acudir a su banco de confianza con la mejor alternativa, para tratar de obtener un mejor acuerdo.