Vicente Sepúlveda es Ingeniero Comercial de la Universidad del Desarrollo. Titulado en 2018, inmediatamente asumió la responsabilidad de emprender, “por un tema de necesidad familiar, principalmente”, cuenta. Y hoy, a cuatro años de esta decisión, dice que no se arrepiente, al contrario, “me siento muy feliz con haberlo hecho”, indica.

Sus primeras aproximaciones a tener un negocio propio estuvieron relacionadas con la electromovilidad, pero no tuvo buenos resultados, por lo que -con quienes serían sus socios- evaluaron distintas posibilidades en el extranjero, proceso que los llevó a encontrarse con un área no explorada en nuestro país: los exoesqueletos.

Los exoesqueletos son dispositivos mecánicos y portátiles, que permiten reducir de un 30% a un 40% el esfuerzo muscular de personas que realizan trabajos de alto desempeño físico, por lo que -con su uso- se logra disminuir de manera significativa el riesgo de sufrir accidentes o trastornos músculo esqueléticos.

“En nuestra búsqueda nos encontramos con los exoesqueletos y nos dimos cuenta que existía un problema muy grande, masivo, invisible, ya que las enfermedades que nosotros resolvemos se generan a través de traumatismos diarios por trabajos que requieren de un importante esfuerzo, como el que realizan los obreros, por ejemplo. Una persona que manipula 20 sacos pesados al día sufre un desgaste en una zona específica del cuerpo que tal vez hoy día no se ve, pero después de tres años, probablemente ya exista una lesión persistente, que termina por deteriorar su calidad de vida”, explica.

En este sentido, Vicente cuenta que los exoesqueletos funcionan como músculos artificiales y con una especie de resortes que actúan como extensiones de brazos, por ejemplo, para trabajos de soldadura. “Lo que hacen es reducir de forma importante el esfuerzo físico y muscular del operador. La activación de una zona muscular se ve fuertemente reducida, lo que hace que una persona pueda llegar más aliviada y segura a su casa, reduciendo la posibilidad de generar lesiones crónicas a futuro”, agrega.

Fue así como nació Andes Levers -empresa fundada junto a su papá, su hermano (Publicista UDD) y otro socio director-, dedicada a la venta y arriendo de exoesqueletos industriales que, actualmente, cuenta con cerca de 15 clientes en Chile, principalmente de los rubros minero, logístico y de manufactura, con quienes realizan todo el proceso, desde la venta, hasta la capacitación para el uso del equipamiento. Además, se convirtieron en los representantes oficiales de dos importantes marcas de estos dispositivos en el país.

En cuanto a sus proyecciones, esperan comenzar la internacionalización del negocio durante el segundo semestre. Iniciarán por México, un mercado que tiene fuertemente desarrollado el mercado automotriz, “que es la cuna de exoesqueletos de extremidad superior, por lo que existen oportunidades análogas”, relata Vicente. A su vez, destaca que al estar cerca de Estados Unidos, les permitiría abrirse aún más a otros países, pues “nuestro objetivo como empresa es resolver este problema masivo, real, y ayudar a las personas más vulnerables y a sus familias, que son finalmente los más afectados y los que más lo agradecen”, finaliza.