Por Víctor Martínez, Director CIES UDD | Trade News | Martes 12 de julio, 2022

El aumento en el Índice de Precios del Consumidor acumulado llegó al 6,1% en mayo de 2022. Dos productos son los protagonistas de esta alza histórica, explicando el 11% del aumento acumulado del IPC: la gasolina y el pan. En este caso, ambos bienes no solo comparten la capacidad de impactar fuertemente en la vida cotidiana de las personas, sino también el origen del alza en sus precios.

En efecto, el aumento del precio de la gasolina obedece al fuerte incremento del petróleo en los mercados internacionales. Se trata de un aumento completamente “importado” y que luego es traspasado a los consumidores. Otro tanto ocurre con el precio del pan, cuyo aumento es consecuencia del alza internacional de sus insumos de producción, como el trigo, fertilizantes o la misma gasolina, fenómeno que se enmarca contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania.

No obstante, si bien es cierto que en el primer semestre de este año, el origen del aumento en el precio de los alimentos se encuentra más allá de nuestras fronteras, esto podría cambiar en los meses venideros. Lo anterior se explica porque el alza en los costos de producción, como la gasolina, el trigo y los fertilizantes amenazan con limitar la capacidad productiva interna, impactando por ejemplo, el número de hectáreas de siembra que un agricultor pequeño es capaz de producir con sus costos actuales, la cantidad de animales que puede alimentar o el volumen de alimentos que un distribuidor es capaz de trasladar.

Más de alguien puede pensar que es poco o nada lo que se puede hacer ante un escenario donde persista el aumento del costo de insumos como los fertilizantes. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió con las restricciones adoptadas por China para contener la pandemia o con los efectos de la guerra en Europa, hoy Chile sí tiene la posibilidad de actuar para contener una nueva escalada en el precio de los alimentos en el segundo semestre.

Ante las restricciones de liquidez y el acceso al capital de trabajo de los pequeños productores, nuestro país debe adoptar oportunamente medidas internas como la profundización de seguros, créditos como el Fogape o asegurar la compra de fertilizantes, permitiéndonos estar mejor preparados para los futuros embates de la inflación.