Hernán Cheyre V.
Presidente CIES UDD
Diario El Mercurio
Miércoles 12 de junio
“Chile está de vuelta” es el título que el ministro de Hacienda utilizó para la presentación que realizó la semana pasada en el seminario “Cómo reactivar la inversión” organizado por la Sofofa y la Facultad de Economía y Negocios de la UDD, haciendo alusión al ambiente que percibió en los recientes Chile Day en Toronto y Nueva York.
Imposible no compartir el optimismo de Mario Marcel por cuanto las oportunidades existen, y está en nuestras manos el poder aprovecharlas para encaminarnos nuevamente en la ruta del desarrollo. En un contexto en que los desequilibrios macroeconómicos que se generaron a partir del estallido social y luego con la pandemia empiezan a quedar atrás, los niveles de actividad empiezan a retomar en forma paulatina un mayor dinamismo, y es así como las proyecciones de crecimiento del PIB para este y el próximo año se perfilan promisorias en comparación con lo que veníamos observando en los períodos previos.
Definitivamente este nuevo punto de partida, retroalimentado por una favorable evolución del precio del cobre y por un contexto internacional donde se perfila una mayor demanda por productos que Chile está en inmejorables condiciones de poder ofrecer (cobre, litio, hidrógeno verde, entre otros), abre oportunidades que no se pueden desaprovechar.
Pero el futuro está lejos de estar asegurado. Los desafíos en materia de inversión, empleo y productividad son ya conocidos, lo cual se refleja en una insuficiente tasa de crecimiento tendencial (2%). Obviamente lo que cabe hacer es avanzar en la implementación de políticas públicas que permitan resolver tales problemas.
El cambio de discurso que se ha observado en el Presidente Boric, y que quedó de manifiesto en la reciente Cuenta Pública al colocar énfasis en los objetivos de crecimiento y seguridad —ausentes en el programa de gobierno original—, representa una excelente oportunidad para darle un nuevo sello a su “segundo tiempo”. En el conjunto de iniciativas y proyectos de ley que se están gestionando y tramitando en el ámbito económico hay sin duda una voluntad de avanzar en esta línea, pero ellas conviven con otras propuestas que apuntan en la dirección opuesta, por ejemplo, en el ámbito laboral con los anuncios que apuntan a una negociación “multinivel”.
La falta de comprensión que se advierte respecto de la forma y la lógica con que opera la empresa privada (declaraciones sobre la “tacañería” de la banca, por ejemplo), y un afán excesivo por la participación del Estado en las decisiones productivas que se deben ir tomando en la economía ensombrecen el horizonte para los actores privados. Esta es una materia en la que falta enmendar el rumbo y sincerar el rayado de la cancha para que efectivamente Chile pueda estar de vuelta.