El Mercurio | Martes 11 de noviembre 2025
El mercado laboral no revierte los signos de estancamiento que viene mostrando en la lenta recuperación hacia los niveles prepandemia, pero la ocupación en el sector público sigue su propia tendencia. Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la creación de puestos de trabajo en las diversas áreas del sector estatal se ha estabilizado con un dinamismo por encima del sector privado a partir de 2017.
La medición que hace el INE respecto del empleo en el sector público es una de las más amplias. Se recoge mediante la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) y se categoriza en el conjunto de “asalariados del sector público”, donde se incluye a todos los ocupados pertenecientes a instituciones estatales, como servicios de educación y salud o empresas públicas. Es un indicador diferente a los que contabiliza, por ejemplo, la Dirección de Presupuestos (Dipres), y que usualmente se refiere a los trabajadores del Gobierno Central, un universo más acotado, vinculado a distintos estamentos del Ejecutivo.
Con los datos del INE, se observa que al medir la evolución de los puestos de trabajo desde el primer trimestre de 2010 hasta septiembre pasado, el empleo del sector público creció un total de 56%, equivalente a 436 mil plazas laborales, versus un alza de 32,2% en el mundo privado, que es igual a unos 1,4 millones de ocupaciones. El análisis a cargo del CIES-UDD y la Asociación de AFP destaca que hasta 2017 había una tendencia casi equivalente en ambos sectores, pero desde entonces “ambas series se separan y los empleados públicos crecen sustantivamente más rápido que los privados”.
El crecimiento más pronunciado del empleo público también se refleja en su composición. En este segmento, la proporción de trabajadores con estudios superiores avanzó desde 43,5% del total en 2010 a un 57% en 2025, muy por encima del 33,5% que se observa en el mercado privado, donde quienes más prevalecen son los trabajadores con enseñanza media (ver infografía).

Aunque hay varios factores que pueden estar detrás de esta tendencia, la economista Daniela Leitch, docente investigadora del CIES-UDD, plantea que una conclusión central es que “hubo un incremento importante en la demanda por profesionales universitarios en el país, tanto en el sector público como en el privado (…). También habla del tipo de servicios en los que el sector público se enfoca y hace algo de sentido con los aumentos de dotación en áreas de salud y educación observados”.
El exdirector del Sence y director de ingeniería comercial en la U. Finis Terrae, Ricardo Ruiz, corrobora esta mirada, pues afirma que el perfil laboral del sector público es mucho más orientado al ámbito profesional que en el mundo privado: “Por ejemplo, ramas de actividad económica como la Agricultura, la Construcción y el Comercio, que tienen un porcentaje importante de los trabajadores del país, poseen un porcentaje mayor al 50% de trabajadores sin educación terciaria”, indica.
Aunque una tercera hipótesis exige mayor verificación en los datos, Leitch también cree que esta proporción puede relacionarse con salarios más altos en el sector público que el privado. Sobre este punto, el economista y académico de la U. Andrés Bello Benjamín Villena sostiene que factores como la estabilidad también juegan a favor de las condiciones laborales en algunos puestos del sector público, haciéndolo más atractivo.
Con todo, Villena cree que lo que más incide en la concentración de profesionales en el Estado son sus requisitos prácticos. “El ‘producto’ principal del Estado no es un bien físico, sino la provisión de servicios complejos, regulación y administración. Para diseñar políticas públicas, administrar, gestionar hospitales, supervisar mercados financieros, etc., se requiere por definición personal con alta calificación formal”, asegura.
REVISA EL ESTUDIO COMPLETO AQUÍ
