Un trámite al cual la mayoría de los contribuyentes nos vemos sometidos en abril de cada año es la confección de nuestra declaración de renta ya sea personal o empresarial.
La declaración de una persona residente en Chile es del Impuesto Global Complementario. Dicho impuesto es progresivo y tiene una tasa del 0 al 40%. Si pensamos en una empresa, el impuesto que debe declarar es el de Primera Categoría, cuya tasa es fija de un 25% o 27% dependiendo del nivel de ingresos anuales que tenga.
La declaración de renta es de suma importancia, ya que es una obligación tributaria del contribuyente informar las rentas que haya tenido y pagar los impuestos respectivos para que el Fisco tenga los recursos necesarios para llevar a cabo su Política Fiscal.
Si el contribuyente no realiza dicho trámite cometería una infracción tributaria y como consecuencia en caso de no pagar un impuesto, el Fisco cobraría reajustes, intereses y multas.
La declaración de renta es la carta de presentación del contribuyente ante las instituciones financieras, debido a que a través de ella puede demostrar el nivel de renta a la hora que la institución evalúe la posibilidad de otorgar un crédito. La declaración va a ser relevante para determinar el nivel de endeudamiento al que puede acceder el solicitante del crédito.
Por último, en función de las rentas que el contribuyente declare va a poder justificar o no las inversiones que realice, ya que el Fisco cruza ambas informaciones.