Fuente: La Tercera
El Centro de Investigación de Empresa y Sociedad de la Facultad Economía y Negocios de la UDD (CIES UDD), organizó un nuevo «Diálogos Economía de Futuro», el cual fue liderado por el Presidente del Consejo CIES UDD, Hernán Cheyre.
El encuentro, que abordó los desafíos que tiene la reforma de pensiones, contó con la participación de más de 20 economistas y expertos en la materia. «Hay mucha preocupación por tratar de lograr acuerdos para sacar una buena reforma con un espíritu no maximalista», comenta Hernán Cheyre.
En este variado grupo de participantes, estuvieron los economistas Joseph Ramos, Álvaro Clarke, Cecilia Cifuentes (académica de la Universidad de los Andes), Matías Acevedo (exDipres), Andrea Tokman (Quiñenco), y Elisa Cabezón (Pivotes).
También asistieron el exministro de Hacienda del gobierno anterior, Ignacio Briones; el exasesor del actual gobierno para esta reforma previsional y ahora integrante del Consejo Consultivo Previsional, Andras Uthoff; así como la exministra del Trabajo y Previsión Social del anterior gobierno, María José Zaldívar.
Asimismo, estuvieron presentes el exsuperintendente de Pensiones, Alejandro Ferreiro; el gerente general de Ciedess, Rodrigo Gutiérrez; la investigadora de Horizontal, Soledad Hormazabal; el exintegrante del Consejo Consultivo Previsional y profesor UDD, Gonzalo Edwards; y el presidente de Credicorp Capital Chile, Guillermo Tagle.
Desde la FEN UDD, asistieron el decano, Matías Lira; la académica e investigadora, Vesna Mandakovic; el director ejecutivo CIES, Víctor Martínez y los profesores Klaus Schmidt-Hebbel y Cristián Larroulet.
La idea del encuentro fue “discutir el tema de pensiones entre un grupo de economistas que tienen distintas miradas respecto al tema previsional, pero en la lógica de servir de punto de encuentro y facilitar una instancia de diálogo”, asegura Cheyre.
Así las cosas, Cheyre detalla algunos de los temas que más se repitieron a lo largo de la conversación, o donde hubo más discusión, aunque aclara que eso no significa necesariamente haya habido acuerdo de todos.
Como primer punto, cuenta que se planteó que “hay que sacar adelante una reforma previsional para que de una vez por todas se pueda cerrar este proceso, el cual lleva muchos años sin que se pueda lograr un acuerdo. De lo contrario, el sistema se va a seguir deteriorando, van a seguir las presiones por nuevos retiros, y el sistema de capitalización va a ser cada vez más débil. Asimismo, van a existir presiones para ir arreglando todo a través de la Pensión Garantizada Universal (PGU)”. Así, como el tema más importante, Cheyre dice que observó “mucha preocupación por tratar de lograr acuerdos para sacar una buena reforma con un espíritu no maximalista. Yo creo que eso es lo que predominó (…) Yo creo que todos saben que este es un punto de partida para buscar acuerdos, pero hay bastante consenso en que no va a salir el proyecto que entró”.
En segundo lugar, menciona que “hubo otros planteamientos que decían mire, al margen de que estemos de acuerdo o no, esta reforma previsional es un buen punto de partida para buscar acuerdos. ¿Por qué? Porque resuelve dos temas que son centrales. Uno es el de las bajas cotizaciones, donde el proyecto propone un un alza de seis puntos porcentuales. Además, sube las pensiones hoy para mucha gente”.
En tercer lugar, y vinculado a lo anterior, Cheyre explica que “se mencionó que hay un tema ausente, y que, dado que se trata de una reforma que es bien estructural, se echó de menos que no esté la edad de jubilación como variable”.
En cuarto lugar, asegura que se abarcó el tema de la institucionalidad y el rol del Estado. Sobre ello, dice que hubo muchos puntos de vista distintos, pero lo que más se repitió fue lo siguiente: “Sin perjuicio de un esfuerzo de centralización que pueda haber, que a unos les gusta más que a otros, pero si se avanza en esa línea, que no sea un monopolio estatal. Por último, que se liciten las cosas, que haya actores privados que ya saben hacerlo, como es el caso de Previred, por ejemplo”
Como quinto punto, Cheyre explica que discutieron respecto de cómo se puede medir que se estén logrando los objetivos que se buscan mejorar en el sistema. Comenta que “se puso como ejemplo el Banco Central (BC), el cual es fácilmente evaluable por la tasa de inflación, para ver si está cumpliendo o no con el objetivo de tenerla entre 2% y 4%. Pero en un sistema como este, ¿cómo lo medimos? Ahí surgió la idea de que es bueno tener una especie de benchmark, y que sería muy importante fijar como aspiración una cierta tasa de reemplazo, para ver después si resultó o no resultó, y dado eso ir cambiando los parámetros”.