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Entrevista Klaus Schmidt-Hebbel: “Somos campeones mundiales de la ‘permisología’ no por este gobierno, sino por los previos”

Fuente: Economía y Negocios, El Mercurio

Reconoce que comparar las administraciones de Boric y Allende fue una provocación, pero dice que lo hizo porque “ando desesperado por la falta de crecimiento de este país”.

Klaus Schmidt-Hebbel (Universidad del Desarrollo) lleva toda su vida académica interpretando datos, guste a quien le guste, por lo que una polémica no le hace perder el horizonte: lo que importa es recuperar el crecimiento, pide. Tampoco se victimiza —algo tan propio de algunas cohortes— porque el ministro de Hacienda, Mario Marcel, lo haya calificado como “el economista de apellido compuesto”.

Dice tajante que no hay ningún encono con el titular de Hacienda. “No somos enemigos públicos. Yo aprecio mucho a Mario Marcel personalmente”. Le tiene respeto intelectual por “los talentos que ha demostrado en sus gestiones durante 30 o 40 años de vida profesional. Hoy forma parte de un gobierno que tiene un programa, planes y acciones que yo creo que están profundamente equivocados y le hacen mal a Chile. Eso es ortogonal al respeto a la persona que ejerce el cargo correspondiente”.

—Usted ha dicho sentirse decepcionado por su desempeño.

“Sí, decepción tengo. En su muy ilustre diario yo di una entrevista a fines de enero del 2022, cuando él fue nominado para integrar el gabinete del futuro Presidente Boric. Canté las loas profesionales, producto de mi profunda admiración por su desempeño profesional durante 30 años. Yo esperaba un ministro que, dentro de un gabinete que empujaba reformas erróneas para Chile, le pondría paños fríos a ese entusiasmo del programa del Presidente Boric. Esos paños fríos quizás los ejerció en algunas dimensiones, algunas otras reformas que podrían ser peores. Pero las reformas que empujó y sigue empujando, como la previsional y la tributaria, incluso en su versión actual, le hacen, a rasgos generales, mal a Chile: les hacen mal a las perspectivas de crecimiento, de desarrollo, incluso de equidad”.

Tendencia económica

Esta conversación parte al mismo tiempo en que se conocen los datos del Imacec de febrero. Schmidt-Hebbel reacciona con genuina alegría al escuchar que la economía creció 4,5% anual. “Cada vez que el Imacec nos sorprende positivamente es bueno para todos los habitantes de Chile, porque eso significa que hay más ingresos, más oportunidades de empleo, mayores salarios. Es una gran, gran noticia”.

“Así como defraudaron dos, tres, cinco meses de cifras muy malas de Imacec el año pasado, ahora me alegraron dos meses de crecimiento muy bueno —en gran parte minero, sí, pero muy bueno—. Si esto marca tendencia, lo dudo. Mis dudas se basan fundamentalmente en que no hay buenas señales de un cambio estructural respecto de las bases del crecimiento chileno”.

Allende y el estallido

—En un seminario de Compass, usted comparó al gobierno de Boric con el de Allende respecto del crecimiento económico per cápita. ¿No habrá sido muy exagerada esa comparación?

“Dije algo levemente distinto: este gobierno podría terminar con el único gobierno de los últimos 60, 70 u 80 años que, a lo largo de su extensión —por supuesto, la del gobierno de Allende fue interrumpida violentamente— implicó una contracción en el PIB per cápita. Dije ‘podría terminar». Lo presenté en una conferencia semipública y retóricamente le pregunté al público, ‘¿ustedes estiman la probabilidad de que se alcance el PIB per cápita en el último trimestre pleno de este gobierno, que es el cuarto trimestre de 2025, el mismo nivel del PIB per cápita que tuvo en el momento histórico récord hasta la fecha, que fue el último trimestre completo del gobierno de Piñera, en 2021? ¿Y esa probabilidad la estiman en el 0,2%, en 2%, en 14%?». Si es que no lo logra, en ese sentido y solo en esa dimensión, este gobierno sería parecido, o emularía, la performance económica del peor gobierno en materia de crecimiento que ha tenido Chile”.

—Fue tomado como una provocación.

“Sí, yo creo que fue provocador, porque yo ando desesperado por la falta de crecimiento de este país”.

—En ese mismo seminario, usted dijo que había una alianza de terroristas, narcos, Frente Amplio y Partido Comunista, más delincuentes, que quemaron, asaltaron y robaron a medio de Chile a partir de octubre de 2019. En esas fechas del estallido, usted sí hablaba de los narcos, delincuentes y del terrorismo.¿Por qué ahora suma estas fuerzas políticas?

“Porque hubo al menos una alianza implícita, una aceptación de unos respecto de las acciones de los otros, y un apoyo político contundente en la calle y el Congreso de partidos que fundamentalmente están en el Frente Amplio, el PC y algunos en el Socialismo Democrático. Hubo un apoyo y una justificación al ejercicio de la violencia (…). A eso me referí yo”.

—¿Fue otra provocación o en este caso es distinto?

“No, esto no es provocación. Es simplemente una descripción de los hechos”.

—El presidente de la CPC de entonces, Alfonso Swett, más bien hablaba de que había que abrir los ojos y empezar a mirar la pobreza, otros indicadores que hasta ese minuto parecían invisibilizados. ¿Se ha perdido esa dimensión del estallido?

“No tengo la menor idea. Tiene que preguntarle al señor Swett”.

—En su opinión, ¿el estallido fue solo violencia?

“No, el estallido no fue solo violencia, nunca dije eso. El estallido tiene una dimensión pacífica, que consiste en marchas que también las hubo pacíficas (…) Esa dimensión la hubo y por reclamos variopintos; desde pueblos originarios, que reclamaban cosas justificadas, hasta como usted dice, reclamos por la pobreza. Pero decir que en este país antes no se había hecho nada, que es más o menos lo que usted sugiere a través de las palabras de Swett: que bajo Bachelet I, Piñera I, Bachelet II, Piñera II, no se hacía nada para combatir la pobreza, por supuesto que es un negacionismo de los avances extraordinarios en el combate de la pobreza y la extrema pobreza entre los años 80 y hasta el 2019. En ese sentido, hay una cierta falsificación de la historia al decir de que acá no ha habido avances muy significativos en democracia, por una expansión enorme del gasto social y con un éxito sin precedentes históricos en otros países de Latinoamérica”.

Schmidt-Hebbel recuerda el fuerte retroceso de los indicadores de desigualdad. Esa reducción “le cuesta mucho reconocerlo a la izquierda más extrema que está en el Gobierno”.

Los aplausos

—¿Este gobierno de izquierda está erosionando esas bases económicas y el acortamiento de la desigualdad que usted describe?

“Erosionando a través de muy malas políticas, como la reforma previsional, la reforma tributaria, sí, activamente. (Pero está) contribuyendo también a mejorar las bases de crecimiento a través de algunas medidas muy importantes”.

—¿Como cuáles?

“Reformas de la antipermisología y al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental son iniciativas por las que aplaudo sin ninguna reserva al ministro Marcel y el ministro (Nicolás) Grau. Hoy día los proyectos están en el Congreso”.

“Algunos economistas han destacado las falencias de esa reforma. Yo destaco los avances de esa reforma, en una materia que no es de responsabilidad de este gobierno. Somos campeones mundiales de la ‘permisología» no por este gobierno, sino por los gobiernos previos, por Bachelet I y II, por Piñera I y II, y por los gobiernos de los años 90 también. Hemos agregado cada vez más permisos y hemos hecho los sistemas de aprobación cada vez más ineficientes y arbitrarios. El funcionario de turno puede ejercer mucho arbitrio y mucho atraso”.

“Aplaudo a Marcel y a Grau porque tienen los cojones, se han atrevido en algo que no está en el ADN de un gobierno de extrema izquierda como es este gobierno, de empujar esta agenda pro reformas racionales. No es desmontar los permisos, sino que hacerlos más eficientes, más rápidos, y mejorar toda la burocracia estatal que, desde los municipios hasta las principales agencias de gobierno, hoy día implican trabar la inversión”.

—Es decir, este gobierno sin la reforma tributaria y sin la previsional, como fueron presentadas, y visto así de manera generalizada, ¿sería un buen gobierno a su juicio?

“En lo económico, sí. Este sería un gobierno entre aceptable y bueno si logra pasar la reforma de la antipermisología. Pero hay muchas otras dimensiones políticas y control de seguridad, control de migraciones, que son mucho más políticas, como política de seguridad, donde este gobierno raja, no aprueba”.

“La mayor crisis de Chile no está en términos económicos: la mayor causante de la crisis, del estancamiento de Chile, está en el terrible impuesto que pagamos todos los consumidores, trabajadores y dueños de capital y empresarios, que es la inseguridad, la delincuencia, las amenazas, el terrorismo, el narcotráfico. Ahí está el mayor impuesto a Chile. Veo pocos avances bajo este gobierno”.