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Los desafíos para la innovación y el emprendimiento en Chile y América Latina

EL MERCURIO

Una mejor enseñanza de los valores del emprendimiento, así como no limitar las áreas en las que se puede innovar fueron algunas de las recomendaciones hechas por los especialistas.

Las cosas se están haciendo bien, pero aún queda mucho camino por recorrer. Esa es, a grandes rasgos, la principal conclusión de un grupo de expertos en emprendimiento e innovación que se reunió para analizar el estado del sector en América Latina, invitados por la Universidad del Desarrollo.

Así, Hernán Cheyre y José Ernesto Amorós, ambos del Instituto de Emprendimiento de la UDD, además de David Urbano, profesor de emprendimiento en el Departamento de Empresa de la Universidad Autónoma de Barcelona; Sharon Álvarez, experta en emprendimiento del Daniels College of Business de la Universidad de Denver, y Julio de Castro, director del programa de doctorado del IE Business School, plantearon sus principales preocupaciones y recomendaciones para agilizar el desarrollo de la innovación en América Latina.

«La innovación y el emprendimiento son el futuro de América Latina», comentó Cheyre, quien apuntó que pese a que la región -en especial Chile- ha avanzado de manera «muy potente» en materia de emprendimiento, no ha pasado lo mismo con la innovación, una realidad que se grafica a cabalidad en la poca inversión que se realiza en I+D como porcentaje del PIB en los países de la región. «Hay que avanzar mucho más en innovación que, a su vez va a ser el camino para avanzar en productividad. En el Global Innovation Index, los países de América Latina que aparecen mejor ranqueados son Chile, México y Panamá. Pero más allá de la posición, lo que es más preocupante, que es un desafío, es que cuando se analiza el grado en el que están avanzando los distintos continentes, América Latina es de los que menos avanza», explicó Cheyre.

En esa misma línea, Julio de Castro apuntó a que el predominio del emprendimiento sobre la innovación no deja en un pie tan malo a los países de la región para avanzar hacia un mejor escenario. Esto, ya que a su juicio es más fácil generar innovación a través del emprendimiento que a través de la inversión en I+D. «Europa tiene gran inversión en I+D que no es innovación, un gran desarrollo de nueva tecnología a nivel tecnológico, pero un problema para traducir eso en innovación real», comentó.

Sharon Álvarez, por su parte, apuntó: «Sabemos que la tecnología, desde el momento en el que tienes un avance en tecnología, hasta cuando haces dinero con ella, se demora, en promedio, unos 70 años».

Institucionalidad

Un factor importante para fortalecer los ecosistemas de innovación es la institucionalidad. Así lo cree David Urbano, quien aboga por incentivar el valor del emprendimiento en los niños desde la infancia. «En España se está trabajando bastante esto, que es como transmitir valores a las nuevas generaciones, porque si no incides en el proceso de socialización, lo que sería la familia, es muy difícil cambiar después», afirmó. Todo eso, según el experto, va de la mano con instituciones y organismos que apoyen el emprendimiento y la innovación.

Pero las instituciones no lo son todo a la hora de crear buenos ecosistemas. Sharon Álvarez, por ejemplo, recordó que hace un tiempo visitó Cuba y quedó impresionada en cómo, pese a todas las restricciones impuestas por el gobierno, los paladares -restaurantes instalados en casas particulares- se han convertido en un éxito. «Acá la fuerza está viniendo desde abajo, no de arriba. Ellos han tenido que innovar a su manera y lo están haciendo sin el apoyo de ninguna institución», señaló.

Una buena mezcla entre apoyo a los emprendedores y libertad de acción es también lo que plantea este grupo de expertos para alcanzar un buen ecosistema emprendedor. «A veces existe la tentación en varios países de elegir desde arriba los sectores desde donde va a salir la innovación. Empiezan como si tuvieras a un iluminado a decidir los sectores y yo creo que es mucho mejor tener un sistema que se nutra desde abajo. Desde ese punto de vista, la labor de las instituciones es crear la condiciones para que todos puedan florecer», aseguró Cheyre.

José Ernesto Amorós apoyó esa idea explicando que el problema de América Latina ha estado en el diseño de las políticas industriales. «Una cosa es poner las reglas del juego y que el que juegue, juegue, y otra cosa es elegir a los ganadores artificialmente. Creo que en América Latina nos ha pasado eso. A veces creemos que regulando de más vamos a tener mejores resultados».